Cuando desplazamos a los empleados fuera del entorno habitual, aparecen los mejores momentos para estrechar lazos entre los participantes, reforzar el talento de equipo, y potenciar las relaciones personales y profesionales.

Los viajes incentivos es un recurso cada vez más extendido entre las multinacionales para proporcionar mayor motivación y satisfacción cuando se obtienen excelentes resultados por parte de los objetivos anuales de la empresa.

Nuestro último viaje incentivo fue en Formentera, la última frontera del paraíso balear.

Una tierra de encanto y misterio, con alma. Y con una fuerza espiritual capaz de aportar energía y paz más que merecida para aquellos afortunados que forman parte de los viajes incentivos.

Al ser un destino de costa, las actividades lúdicas se concentraron en la playa, el mar y los atardeceres. Complementando la propuesta con excursiones en bicicleta para conocer la parte más rural de la isla, el equipo organizó tres días de catamarán, playas paradisiacas, degustaciones gastronómicas y espectáculos únicos.

Los más de cincuenta asistentes, directivos de multinacionales de distintos países, volvieron a casa con la esperanza de poder repetir la experiencia de nuevo.